El Ministerio de Sanidad se ha gastado 393.500 euros en su campaña publicitaria ‘Si fumas o vapeas, pierdes’, un anuncio para concienciar a la población sobre los efectos del consumo de tabaco y de otros productos relacionados y que pone al mismo nivel el vapeo y el tabaco. Con el mensaje, «fumar es perjudicial, fumes lo que fumes. Si vapeas, si fumas, pierdes», el departamento de Mónica García lanzaba en septiembre este anuncio dirigido a los más jóvenes.
Según la respuesta del departamento de Mónica García a la pregunta de un particular a través del portal de Transparencia, la producción creativa costó 30.250 euros y fue adjudicada a la agencia de publicidad La Máquina de Humo; mientras que el coste de inserción en medios, a través de la empresa adjudicataria Media Diamond, fue de 345.500 euros. En total, casi 400.000 euros en una campaña para equiparar vapeo y tabaco mientras que en otros países, como Reino Unido, Suecia o EEUU, promueven estas nuevas formas de consumo de nicotina para ayudar a las personas a dejar de fumar tabaco.
Los caso de Inglaterra y EEUU
En Inglaterra, donde actualmente hay un 10% de fumadores –frente al 24% de España–, el organismo gubernamental Public Health England viene realizando estudios de verificación científica sobre los cigarrillos electrónicos. En ellos reconocen aspectos importantes como una reducción de exposición a sustancias dañinas de un 95% en comparación con fumar cigarrillos. Más recientemente, el Servicio de Salud Pública Británica (NHS), en su campaña anual de hábitos saludables ‘Kickstart your health’, donde se aborda la «cesación tabáquica» de manera destacada, se apoya en el uso de alternativas como el cigarrillo electrónico como herramienta para conseguir dejar atrás el cigarrillo.
Bajo la premisa de que «el vapeo no es totalmente inocuo», desde el NHS señalan que solo lo recomiendan a los fumadores adultos «como ayuda para dejar de fumar y eliminar este hábito». «Vapear representa una mínima fracción del daño respecto a fumar», recoge el Servicio de Salud Pública Británica en su web.
Estados Unidos, ya en 2017, se planteó una ambiciosa hoja de ruta con el objetivo de reducir la prevalencia de enfermedades ligadas al hábito de fumar en los años sucesivos, con un foco especial en la protección del menor y en la necesidad de apoyarse en alternativas libres de humo para conseguir rebajar la incidencia de fumadores. En 2022, el número de fumadores cayó a un nuevo mínimo histórico, con uno de cada nueve adultos que dijeron ser fumadores, según un sondeo del Gobierno.
Suecia, caso de éxito
Suecia es quizá el mejor ejemplo del impacto que tienen estas nuevas formas de consumo de nicotina en las personas que quieren dejar de fumar. Siendo el país de Europa con menos consumo de tabaco (5,6%) y cáncer de pulmón (17,7 casos por 100.000 habitantes), previsiblemente se convierta este año en el primer país libre de humo (tasa de fumadores por debajo del 5%) gracias al uso de los nuevos productos de deshabituación tabáquica, sobre todo del snus, un estimulante sin humo que contiene nicotina. En los últimos 15 años, Suecia ha reducido sus tasas de tabaquismo del 15% en 2008 al 5,6% hoy en día, según la Smoke Free Sweden. La tasa media de tabaquismo de la UE se sitúa actualmente en un 23%.
Además, el último estudio de Cochrane, la máxima autoridad en revisiones bibliográficas a nivel internacional, tras una revisión de 88 estudios que incluyen a 27.235 adultos fumadores, recoge que los dispositivos de liberación de nicotina inhalados, es decir, los vapeadores y cigarrillos electrónicos, son tan útiles como la farmacología para deshabituación tabáquica. «Existe evidencia de certeza alta de que los cigarrillos electrónicos con nicotina aumentan las tasas de abandono en comparación con el tratamiento de reemplazo de nicotina (TRN), como parches o chicles», señala la publicación electrónica.
Sobre ello se pronunciaba en THE OBJECTIVE Karl Fagerström (Rättvik, Suecia, 1946), psicólogo clínico y uno de los especialistas mundiales más importantes en la lucha contra el tabaquismo, ámbito al que lleva dedicado casi 50 años. En una entrevista con este medio tras la aprobación del Plan Integral del Tabaquismo (PIT) por parte del Ministerio de Sanidad aseguraba que «un mundo libre de humo es posible si se permitieran los productos no combustibles y se dieran ventaja a los cigarrillos electrónicos».